(acurrucarse)
El primer paso de nuestra práctica es mantener la postura del árbol, conocida como Zen de pie. Después descendemos a la postura Zen sentado. A continuación, trabajamos el paso de forma compacta. Cualquier balanceo es consecuente.
(badajo de campana)
Utilizando un sable de madera japonés, una caña, o una mano vacía, comenzamos a hacer resonar el movimiento. Secuencias cortas (alfabeto mínimo de la práctica del sable) permiten encontrar diferentes muescas posibles.
(cuerpo medio)
El trabajo de frecuencia permite sentir el verdadero centrado a través del reposo. El cuerpo no está erguido como una columna. El cuerpo se reafirma en la cintura y se envía tanto hacia abajo (pies) como hacia arriba (cabeza): los animales se impulsan desde la unión entre la médula espinal y la pelvis.
(morfo-lógica)
Otras lógicas corporales permiten trabajar sobre los ejes de giro y de liberación después de haber trabajado sobre el eje izado de reunión y de despliegue.